La voz como modo de revelacion

No obstante la honda significación del campo semán­tico de «la voz» en el cuarto evangelio, faltaba un estudio ex­haus­tivo al respecto, pues aunque hay publicacio­nes que se ocu­pan del motivo joánico de la voz, tales son o muy gene­rales o se centran sobre un solo aspecto y re­sultan, por lo tan­to, parciales. Este trabajo estudia el mensaje teoló­gico-bíblico que se condensa en torno al tema de la voz mediante la exégesis de las 15 recurren­cias del vocablo φωνή en el cuarto evangelio, de acuerdo al método sincró­nico de análi­sis litera­rio y de acer­ca­miento narrativo. De acuerdo al sujeto al que pertenece cada voz mencio­nada en el cuarto evangelio, éstas se clasifican en huma­nas, divinas y la voz de Jesús. A cada una de estas catego­rías se dedica una parte del trabajo. Las voces humanas son la del Bau­tista y la del extraño, men­cionado en la pa­remia del Pastor. Las voces divinas son la del Espíritu y la del Padre. A ex­cepción de la voz ilegí­tima del extraño, las demás voces de­ben ser obedeci­das puesto que o pertene­cen a Dios mismo o provienen de parte suya. Ellas dan testimo­nio en favor de Jesús y producen un triple efecto que se rea­liza progresi­vamente y que indica el cul­men de la madurez cristiana: La fe en Jesús que conduce a la vida eterna, la ale­gría plena y el testimo­nio. En la con­clusión se destaca el uso pragmático del tér­mino φωνή, pues se pre­tende que el lector implícito del cuarto evange­lio obe­dezca las voces que pro­vienen de Dios y se con­vierta en autén­tico discípulo de Je­sús, dando testimonio de Él con alegría.